La integración de la ciudad de Aranjuez y su huerta, conforman un único espacio de ayer y hoy.
El espacio agrario del Real sitio se reconvierte desde Carlos I con la intención de crear espacios agrícolas dentro trazados con paseos arbolados. Estos diseños empezaron con Gaspar Vega (alrededor de 1550) y posteriormente fueron seguidos por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera en tiempos de Felipe II. Esta organización paisajística fue vanguardia y ejemplo en toda Europa.
La geometría de sus trazados arquitectónicos, la profundidad de sus jardines, la extensión de sus sotos y calles arboladas, han merecido que Aranjuez sea incluida por la UNESCO en si lista “Patrimonio de la Humanidad”.
La tierra regada por los ríos Tajo y Jarama, y por una extensa infraestructura hidrográfica, se convierte en un oasis envidiado por los agricultores del resto de castilla.
Desde las primeras huertas históricas hasta el día de hoy, los hortelanos de la vega practican una agricultura sostenible y comprometida con el medio ambiente.